Consideraciones básicas para sistemas VHF/UHF.
Actualmente podemos encontrar una gran variedad de tipos de cable diseñados específicamente para diferentes propósitos. Según el tipo de cable que elijamos, puede resultar en una dramática diferencia en cuanto a la cobertura y al desempeño de una antena.
Todos los cables coaxiales generan una pérdida de la señal. La cantidad de pérdida depende de tres factores:
• Construcción del cable.
• Frecuencia o señal.
• Longitud de cable a instalar.
Considerar y balancear estos tres factores será crucial para obtener un sistema eficiente con una señal sólida a la salida de la antena.
Cables del tipo RG-58 como el 8259 de Belden® son muy comunes y confiables, pero con un factor de pérdida muy elevado para aplicaciones de VHF/UHF, por lo que se recomienda para longitudes a no más de 15 metros en aplicaciones en VHF y hasta 6 metros en frecuencias arriba de 400 MHz. Para distancias superiores de hasta 30 metros cables como el modelo 9913 de Belden® o similares ofrecen mejores conductores centrales y capas adicionales de aislante capaces de trasportar la señal con menos pérdida. Por otro lado, si la distancia requerida es superior para un mínimo de pérdida, cables como el RF-600 de Belden® y el LMR-600 de Times®, sin duda nos ofrecerán un rendimiento excepcional, a un precio competitivo.
Calculando pérdida o ganancia.
La pérdida en un cable es medida en decibeles (dB) por metro. La escala del decibel es logarítmica por lo que una pérdida de 3 dB equivale a la reducción de un 50% de la potencia. Una pérdida de 6 dB equivale a una pérdida del 50% más otro 50% de potencia y así sucesivamente. Por ejemplo, si tenemos esos mismos 6dB de pérdida en un cable con una señal de radio de 50 W, la potencia al final del cable será de 12.5 W, la buena noticia es que si tenemos una antena como la serie G6 de Hustler® con 6 dB de ganancia, la señal será multiplicada y tendremos una potencia resultante cercana a los 50 W. Dicho lo anterior, podemos deducir que, para calcular la pérdida o ganancia total del sistema, sólo hace falte restar la pérdida del cable y sumar la ganancia de la antena.
Al final, usted notará que el cable pueda resultar incluso más costoso que la propia antena, pero hay algo que es seguro, hasta la mejor antena del mundo, se escuchará terriblemente mal con un cable ineficiente, pero una antena promedio, siempre tendrá un buen rendimiento con el mejor cable.